Preguntas frecuentes

SOLBIOT i3.1 se puede administrar por períodos cortos (mínimo 3-4 semanas) o períodos largos. Sin embargo, se obtendrán mejores resultados con al menos 2 meses de tratamiento.

Una cápsula diaria. Administrar preferiblemente después del desayuno. Para un mejor resultado, tomar una cápsula al día durante un periodo mínimo de 6 semanas. Sin embargo, los efectos los observarás luego de 3 semanas. Puede tomarse por períodos prolongados.

En el ensayo clínico de Lorenzo-Zuñiga et al. (2014) se comparó la posología estándar de SOLBIOT i3.1 con una concentración cuatro veces mayor. No se reportaron eventos adversos, lo que demuestra que la pauta elevada también es bien tolerada y segura. Aunque al término de las seis semanas los beneficios fueron equivalentes entre ambos esquemas, una carga superior podría acelerar la aparición de los efectos.

Sí, SOLBIOT i3.1 se ha probado en combinación con medicamentos antiespasmódicos. Esta combinación tiene un efecto mayor que el SOLBIOT i3.1 solo en la mejora de la calidad de vida y la reducción del dolor abdominal.

Las cepas SOLBIOT i3.1 pueden administrarse junto con ciprofloxacina o metronidazol. Para garantizar que el probiótico se consuma de forma constante, lo aconsejable es usar ambos productos en el mismo lapso, separados por unas pocas horas.

La eficacia de SOLBIOT i3.1 se ha probado en ensayos clínicos con pacientes con componente de diarrea (IBS-Diarrhea e IBS-Mixed). Sin embargo, según la experiencia del médico, SOLBIOT i3.1 es útil en pacientes con SII con estreñimiento.

Si. Es importante destacar que los resultados de la calidad de vida y la sensibilidad visceral se midieron mediante cuestionarios validados: la calidad de vida relacionada con el SII (IBS-QoL) y el índice de sensibilidad visceral (VSI), respectivamente. Es de destacar que esto es diferente a los probióticos que han mostrado una mejora en los malestares gastrointestinales asociados a factores estresantes agudos (por ejemplo, exámenes académicos) en sujetos por lo demás sanos (Culpepper et al. 2016).

La hipersensibilidad visceral está asociada con la activación inmunitaria. Además, se sabe que el lipopolisacárido de endotoxina (LPS) producido por enterobacterias oportunistas en el intestino induce la activación inmune sistémica que conduce a hiperalgesia visceral y musculoesquelética.
Las cepas SOLBIOT i3.1 producen cantidades importantes de moléculas que protegen la inflamación intestinal. Las moléculas antiinflamatorias incluyen gránulos de acetilcolina, acetato y polifosfato. La acetilcolina es un regulador esencial de la inflamación de la mucosa intestinal. Actúa a través de la «vía colinérgica antiinflamatoria», uniéndose a los receptores nicotínicos alfa-7 de los macrófagos resultando en una reducción de su actividad inflamatoria. El acetato es un ácido graso de cadena corta que tiene un efecto antiinflamatorio sobre las células inmunes, estimula la producción de moco y el crecimiento de bacterias beneficiosas. Los gránulos de polifosfato mejoran la integridad del epitelio intestinal, reduciendo la permeabilidad intestinal. Además, las cepas SOLBIOT i3.1 inhiben el crecimiento excesivo de enterobacterias oportunistas que producen LPS.

No, no hay límite de tiempo para usar SOLBIOT i3.1. El probiótico es seguro y se puede usar de forma continua como método preventivo.

Sí, SOLBIOT i3.1 es seguro y se puede usar en niños. De hecho, se aislaron cepas SOLBIOT i3.1 de la microbiota intestinal de niños sanos. Desde el punto de vista científico, SOLBIOT i3.1 es seguro para niños de cualquier edad.

Sí, SOLBIOT i3.1 se puede utilizar de forma segura durante el embarazo. De hecho, las revisiones sistemáticas concluyeron que los probióticos de la especie Lactobacillus no plantean ningún problema de seguridad para la mujer embarazada (Dugoua et al., 2009; Elias et al., 2011; Navaro-Tapia et al., 2020).

Las advertencias para la mujer embarazada son las mismas que para el resto de la población. Está bien que tomen probióticos a menos que estén gravemente inmunodeprimidos o inmunosuprimidos. Las mujeres embarazadas siempre deben consultar a su especialista antes de consumir cualquier producto, incluidos los probióticos.