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Salud

La Importancia de la vitamina D durante el ciclo vital

Desde principios del siglo XIX se estableció que el consumo de aceite de hígado de bacalao permitía prevenir el raquitismo y en 1890 se sugirió por primera vez que la luz del sol podía tener una acción antirraquítica. Sin saber los investigadores que el aceite de hígado de bacalao y la luz solar tenían un nutriente en común, el cual solo a partir de 1922 fue identificado como una vitamina, resistente al calor: La vitamina D. Estos hallazgos fueron muy importantes para comenzar a resolver el raquitismo y la osteomalacia, dos patologías que se producen por la deficiencia crónica de vitamina D y que alteran el crecimiento y desarrollo de los huesos. Ambas patologías se describieron desde la antigüedad y fueron muy prevalentes hasta la primera mitad del siglo XX. Y sólo cuando el ser humano pudo comenzar a fabricar vitamina D sintética fue posible reducir significativamente su prevalencia, especialmente en niños y adolescentes, dado que en estas etapas de la vida es cuando más se puede ver afectado el crecimiento y desarrollo de los huesos, músculos y otros tejidos.

La vitamina D es una vitamina liposoluble – se disuelve en la grasa – y el ser humano puede obtenerla de dos formas: sintetizándola o a través de la ingesta de alimentos que contengan esta vitamina. Respecto a la síntesis, es importante mencionar que el colesterol es la molécula estructural de la vitamina D y su síntesis involucra un proceso metabólico bastante complejo que se inicia en la piel, dependiente de la luz solar “radiación B”, continua en el hígado y finaliza en el riñón. Respecto a la ingesta de alimentos, la vitamina D se encuentra en cantidades relativamente bajas – a menos que sean fortificados con vitamina D – y muy variables en algunos alimentos, específicamente en la leche entera, mantequilla, huevo, hígado de cerdo, ave o vacuno.

Considerando lo anterior, es evidente que la síntesis endógena – que ocurre en el organismo – es la principal fuente de vitamina D para el ser humano. Sin embargo, la indicación de reducir al mínimo la exposición al sol por el riesgo de desarrollar cáncer de piel (radiación ultravioleta) ha generado una reducción en la síntesis endógena de vitamina D. En este contexto, diversos estudios a nivel global, incluido Chile, han demostrado que la población en diferentes grupos de edad está presentando niveles circulantes muy bajos de vitamina D. Realidad que ha vuelto a poner en discusión la necesidad de fortificar alimentos o suplementar la dieta con este nutriente.

Respecto a las funciones clásicas de la vitamina D, que se relaciona con la conservación de la homeostasis mineral, principalmente calcio, tenemos:

a) aumenta la absorción intestinal de calcio y fósforo,
b) aumenta la formación y resorción ósea,
c) reduce la excreción renal de calcio y aumenta la excreción renal de fósforo.

¿Qué dicen los estudios?

Diversos estudios han demostrado que niveles bajos de vitamina D en la sangre se asocian con mayor riesgo de desarrollar diversas enfermedades, entre las que destacan: hipertensión arterial, diabetes mellitus, enfermedad inflamatoria intestinal, esclerosis múltiple y algunos tipos de cáncer (por ejemplo, mamario, próstata o colo-rectal).

A su vez, diversos hallazgos clínicos han demostrado que esta vitamina favorece la diferenciación y apoptosis celular, junto con inhibir la proliferación celular, siendo estos efectos los que permitirían explicar los efectos anti-cancerígenos de la vitamina D. Además, tiene importantes acciones inmunomoduladoras, dado que inhibe la proliferación y diferenciación de macrófagos y linfocitos B, lo cual se relaciona directamente con una menor respuesta inflamatoria.

Vitamina D y COVID 19

Actualmente la humanidad enfrenta la pandemia generada por el virus conocido como COVID-19, pandemia que ha causado la muerte de más 4 millones de personas y ha enfermado a más de 190 millones de seres humanos. Al respecto, es imposible no relacionar al COVID-19 con la vitamina D: en los primeros meses de la pandemia se observó que aquellos pacientes que presentaban mayores complicaciones derivadas del COVID-19 tenían niveles más bajos de vitamina D. Esto sugiere que el déficit de vitamina D estaría vinculado con una mayor respuesta inflamatoria y mayores complicaciones clínicas.

Finalmente, es importante que las personas evalúen sus niveles de vitamina D en sangre, consuman alimentos o suplementos nutricionales que contengan una cantidad suficiente de esta importante vitamina para nuestro cuerpo.

Referencias:

  1. Chang SW, Lee HC. Vitamin D and health – The missing vitamin in humans. Pediatr Neonatol. 2019;60:237-244.
  2. Holick MF. The vitamin D deficiency pandemic: Approaches for diagnosis, treatment and prevention. Rev Endocr Metab Disord. 2017;18:153-165.
  3. Mohan M, Cherian JJ, Sharma A. Exploring links between vitamin D deficiency and COVID-19. PLoS Pathog. 2020;16:e1008874.
  4. Zittermann A, Pilz S. Vitamin D and Cardiovascular Disease: An Update. Anticancer Res. 2019;39:4627-4635.

Material preparado por Rodrigo Valenzuela B, Nutricionista. Msc. PhD.

Código Veeva: SBT-CL-00061-08-2023