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Salud

Estrés y Síndrome de Intestino Irritable ¿Qué puedo hacer para disminuir el malestar?

El estrés no solo afecta nuestra salud mental y emocional, sino que también al aparato digestivo, influyendo en nuestro bienestar a nivel general. Esto ocurre debido a la comunicación que existe entre nuestro cerebro y el aparato gastrointestinal, estas conexiones se conocen con el nombre de eje cerebro-intestino-microbiota. El síndrome del intestino irritable (SII) es una enfermedad crónica con alta prevalencia en todo el mundo y es el trastorno gastrointestinal funcional más común asociado al estrés, pero también destacan otros como el reflujo gastroesofágico, las úlceras pépticas y la enfermedad inflamatoria intestinal. Si bien existen tratamientos con fármacos que ayudan a regular la disponibilidad de serotonina y estabilizan ciertos agentes, es primordial que antes de llegar a presentar un episodio de estrés crónico, idealmente podamos prevenirlo, con el fin de no llegar a manifestar consecuencias negativas en nuestro organismo.

Síntomas que usualmente se presentan en el Síndrome de Intestino Irritable:

  • Dolor abdominal recurrente, al menos 1 día a la semana en promedio, en los 3 últimos meses.
  • Alteraciones en la defecación, al menos en un 25% de las veces, pudiendo presentarse los siguientes síntomas: alteración en la frecuencia de las deposiciones, en su consistencia, en su evacuación (con dificultad, sensación de evacuación incompleta), o bien presentar distensión abdominal, flatulencia, dolor abdominal, calambres abdominales.
  • La sensibilidad a ciertos alimentos específicos es frecuente: Los carbohidratos rápidamente fermentables y osmóticamente activos (fructosa, lactosa, fructanos y galactanos, y alcoholes de azúcar), son desencadenantes de los síntomas. La intolerancia a la lactosa es 3,5 veces más frecuente en el SII que en personas sanas. También la prevalencia de enfermedad celíaca es mayor.
  • Puede presentarse un aumento de la percepción del dolor y gas intestinal, mayor preocupación por el dolor (ansiedad) y reactividad al estrés (aumento de la severidad de los síntomas).

Los síntomas son dinámicos con el tiempo. Una misma persona presenta cambios en el aspecto de las heces, la localización de dolor, la intensidad de los síntomas, etc. Es relevante mencionar que no existe ninguna prueba o estudio específico para confirmar el diagnóstico de SII, la utilidad de los exámenes complementarios se relaciona fundamentalmente con el diagnóstico diferencial. Su origen es multifactorial e involucra factores psicológicos, genéticos y medioambientales.

¿Qué hacer frente al Síndrome de Intestino Irritable?

Existen 3 formas de combatir el SII. La principal y más favorable, es lograr regular nuestros niveles de estrés a tiempo, sin permitir que este se cronifique, de este modo podemos prevenir el SII sin necesidad de combatirlo. En segundo lugar, existen diversas estrategias de regulación del estrés que podemos utilizar como medio de autocuidado, con el fin de regular la sintomatología y disminuir el malestar, tales como la práctica de ejercicio regular, yoga, meditación y una rutina diaria que facilite una sana organización a nivel de alimentación e higiene del sueño, es decir, regular nuestra exposición a pantallas y mantener una dieta equilibrada que incluya el consumo regular de agua. En tercer lugar, estudios muestran la existencia de ciertos medicamentos que han demostrado su eficacia para disminuir el dolor abdominal, mejorar la consistencia de las heces, reducir la sensibilidad visceral y mejorar la calidad de vida de los pacientes con SII. Estos deben ser regulados bajo control médico e ir controlando su eficacia a través del tiempo.

Impacto en la calidad de vida

El SII es un trastorno que compromete la calidad de vida al presentar una sintomatología física muy variada que vincula variables psicológicas con el síndrome de intestino irritable. Investigaciones indican que los hábitos de alimentación, evacuación, sexuales y de manejo emocional se ven afectados por el síndrome de intestino irritable. Por ejemplo, un caso donde la activación fisiológica excesiva te llevaba a ir al baño con cierta urgencia y frecuencia, puede presentarse junto a un miedo notable a llamar la atención al ir al baño. Lo que puede generar elevados niveles de ansiedad en quien sufre el malestar, al tener que estar atento a “disimular” de cierto modo constantemente lo que le está ocurriendo. Llegando incluso, a ausentarse a clases o al trabajo, o bien renunciar a salir con amigos, de viaje, etc., y por consiguiente, forjando un deterioro de su vida personal, académica y social. Estudios demuestran que, en este tipo de casos, las personas además de los síntomas del SII, suelen presentar problemas de ansiedad situacional, social y desánimo. Es importante entonces entender este malestar no solo dentro del eje del malestar físico, sino que también a nivel psicológico, siendo importante contar con estrategias para mejorar el afrontamiento situacional y reducir la activación fisiológica.

Pueden presentarse también problemas a nivel de relación de pareja, dado al gran malestar que puede generarse en uno de sus miembros al presentar SII, evitando por ejemplo tener mayor intimidad o mantener encuentros sexuales. Dada la incomodidad o dolor generado por los síntomas, siendo fundamental mantener una comunicación abierta y activa dentro de la relación, que facilite el entendimiento mutuo y la comprensión, expresando a la pareja los síntomas presentes y cómo éstos le afectan. Se pueden exteriorizar también señales de malestar en el ámbito relacional, sobre todo a la hora de enfrentar situaciones sociales que implican la ingesta de alimentos, como juntas familiares, cumpleaños, un almuerzo laboral o bien una cita. En estas situaciones frente a la evitación de consumir ciertos alimentos que aumentan la sintomatología del SII, el entorno puede manifestarse críticamente, apuntando a la persona como alguien “mañoso” o quisquilloso, lo cual genera malestar emocional y/o sensación de vergüenza por parte de la persona, prefiriendo evitar exponerse a este tipo de eventos, por ende, se aísla socialmente de los demás.

Referencias:

Efecto clínicamente demostrado sobre la calidad de vida y la hipersensibilidad visceral en pacientes con SII. Laboratorio Chile. Teva.

El paciente con síndrome de intestino irritable: más allá de la clínica. Laboratorio Chile. Teva.

Ganfornina, A. (2017). El estrés y el sistema digestivo. Revisión bibliográfica, departamento de fisiología. Trabajo para obtener grado académico. Sevilla.

González, M, & De Ascencao, M. (2005). SÍNDROME DE INTESTINO IRRITABLE. ASPECTOS PSICOLÓGICOS. Revista de la Facultad de Medicina, 28(2), 139-145.

Material elaborado por Psicóloga Natalia Hinojosa Montecino, Magíster en Psicología Clínica, diplomada en Psicoterapia Sistémica Infanto-Juvenil y con formación en Psicoterapia Sistémica, Terapia Centrada en Soluciones.

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